Nos pasamos la mayor parte del día trabajando, pero ello no significa que tengamos que autoimponernos una especie de uniforme laboral, especialmente cuando no se exige un dress code concreto.
Ir al trabajo y en concreto a la oficina, no implica tener que vestir necesariamente con traje chaqueta, ya sea con pantalón o falda tubo ni tampoco con zapato de salón.
!Eso ya es historia!
!Eso ya es historia!
Olvídaros de este tipo de look y buscad una imagen mucho más adaptable a las necesidades de vuestro entorno laboral. Elegid ropa cómoda, aunque sin perder en ningún momento ni la feminidad ni el estilo.
Combina las prendas de manera que te ayuden a reflejar tu propia personalidad, optando siempre por un look formal y sin excesos ni estridencias.
Evita en todo caso acudir a la oficina con deportivas,vaqueros, pantalones cortos o shorts, escotes pronunciados o transparencias. Recuerda que vas a trabajar y no de fin de semana.
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